Yo creía que no me gustaban los perros.

Yo creía que los perros no me gustaban…

¿Qué tiene qué pasar para que cambies de idea, opinión; para que desarraigues una creencia?

Creces CREYENDO tantas cosas, que decía mi maestro de Coaching, Fidel Hernández, se hacen surcos en la mente, como las hendiduras de un disco L.P. o el arado a la tierra.

Te convences y eso a veces hace que NO EXPERIMENTES algo que se salga de tu idea.

La situación con las creencias es que mientras estas convencido TE LIMITAS. Claro, porque no pruebas, no puede entrar algo nuevo por las ventanas de tu vida. Cierras la puerta antea de escuchar u observar. Seguro te ha pasado con algún bocado, “no me gusta” y no lo pruebas.

No es ni malo ni bueno. Y tampoco ea quw alguien pueda decirte que debes o no creer. Solo que sería bueno que te permitas abrir tus sentidos a eso que hasta hoy no has probado porque ¿y si resulta funcional para tu vida?

Pero no, te vas con el juicio y sin probar, sin dar oportunidades, tal vez porque te recuerda kna herida de la infancia y creea que va a doler, es válido, hay que cuidar al niño interior y ppara eso hay expertos que pueden acompañarte, sin embargo hay muchas otras que ni siquiera has cuestionado.

No es temprano, ni tarde. Es hoy si tienes ganas. Abre tu mente, tu corazón y cuestiónate

¿Qué de lo que creo hoy no me ha permitido hacer algo distinto?¿Qué tiene que suceder para que pruebe algo distinto?

Siempre tendremos creencias, si te cuestionas, es buen momento para intentar hacer algo distinto, estirarte y CRECER.

Y es que si sigues igual, igual te quedarás.