LOS PLATOS ELEGANTES

¿Cuántas de nosotras tenemos un montón de cosas bonitas y guardadas sin usar?

Vajillas, cubiertos, copas, decenas de utensilios hermosos para servir la comida, ollas, manteles blancos y elegantes.

 ¿Y en nuestro clóset?

Vestidos, botas, zapatos con un gran tacón, sombreros, pashminas, bufandas, guantes,  blusas, aretes y collares muy bonitos, perfumes, cremas que huelen muy rico, bolsas caras y muchísimas cosas más.

Todo guardado en cajas intocables, esperando la visita correcta y perfecta que las merezca para poder usarlas, y aguardando la ocasión especial para arreglarte con tus “tesoros más preciados”.

Lo malo es que esa visita y ese día tan especial, tal vez no llegue nunca,  vas dejando pasar el tiempo y tus cosas se quedan ahí, guardadas en una vitrina o arrumbadas en un clóset. Tal vez cuando las quieras sacar ya están pasadas de moda o el moho y la polilla hicieron de las suyas y ya no sirvan más.

Atesoramos cosas y nunca las usamos. Conozco señoras de 70 años que guardaron muchísimas cosas y nunca las disfrutaron, porque se ensucian, se gastan, se podían romper, o simplemente porque nunca llegó la visita y la ocasión tan especial para usarlas. Ahora que ya están grandes, ya no tienen la fuerza ni las ganas para sacar de sus cajas todas sus cosas bonitas. Lo más triste es que cuando mueran, todos esos tesoros terminen en casa de alguien que ni siquiera    le tenía cariño y por supuesto no va a saber, ni le va a interesar, el valor sentimental que tenían para ella.

Debes conocer amigas que guardan sus tesoros, esperando que sus hijas, nueras o nietas las utilicen, desgraciadamente, casi nadie le va a dar el valor a nuestras cosas como nosotras mismas. Cada persona tiene sus propios intereses. Y lo que es hermoso y vale tanto para mí, tal vez cuando lo regale o herede, no tendrá el mismo valor para los demás.

¡VIVIR ES DISFRUTAR! Y para eso trabajamos, para disfrutar  lo que nos ganamos. Todas trabajamos, en casa, cuidando a los hijos, o en una oficina o negocio. Por eso debemos gozar y utilizar las cosas bonitas que tenemos… Pero ahora, cuando tenemos ganas y fuerza, no cuando ya no podamos. El tiempo pasa volando y cuando veas hacia atrás, vas a ser una señora grande con muchos tesoros guardados y sin usar.

Utiliza tus cosas más bonitas con tu familia, con tus hijos. Se sentirán importantes y cuidarán tus platos elegantes. No esperes una ocasión muy especial para usar esa crema que huele tan rico y el perfume tan fino que solo usas dos veces al año, utiliza tu ropa bonita sólo para que tu pareja y tu misma te veas bonita; las zapatillas, aretes, collares y todos los accesorios que tienes guardados úsalos, para eso los compraste. Recuerda que las cosas están para servirte, no estás tú para servirlas a ellas.

¡No necesitamos a nadie más que a nosotros y a nuestra familia para que sea una ocasión especial, y valemos igual o más que cualquier visita importante!

                                                                                                        Sinceramente

                                                                                                         

                                                                                                           Mariana