Las razones y no del regreso a clases

Por Adriana Vargas

Entre el 23 y el 30 de agosto la mayoría de las escuelas primarias regresan a clases presenciales y en línea, ya se ha confirmado que en La Laguna de Coahuila son 146 escuelas aproximadamente las que retornarán físicamente y las demás lo harán de forma paulatina.

Un arrojo de esperanza significa este retorno para la mayoría de las madres y padres de familia, ya sea presencial o en línea. Como madre trabajadora, estoy a favor del regreso presencial, porque además de acuerdo con la UNICEF las escuelas debieron ser las últimas en cerrar y las primeras en abrir durante los picos altos de la pandemia. Pero en México, incluso en nuestra región, ha sido al contrario: negocios de todo tipo de giros abrieron primero, entre ellos los bares y los estadios.

Sin embargo, no es justo juzgar a aquellos padres que decidan no llevar a sus hijos a la escuela o al colegio. Es cierto que la ausencia de la niñez en las aulas trae consecuencias físicas, de nutrición y sobre todo de salud emocional. Pero también lo es que hay familias que quizás encuentren la forma de compensar ese hueco: fomentando actividades al aire libre y una convivencia paulatina de los niños con sus pares.

De cualquier manera, si las clases en muchos casos continuarán en línea, ojalá sea solo temporal, porque el rezago y el impacto son de una trascendencia que aun no podemos calcular.

De acuerdo con la UNICEF, los riesgos del cierre prolongado de las escuelas son: 1. Interrupción del aprendizaje, 2. Riesgo de abandono escolar. 3. Rezago en el desarrollo infantil, 4. Violencia contra niñas, niños y adolescentes, 5. Violencia en línea, 6. Nutrición, 7. Bienestar físico y psico – emocional, entre otros.

El retorno a las aulas implica una serie de cambios en nuestra vida familiar, cuando quienes podían hacerlo, se acostumbraron a planear la dinámica de aprendizaje en casa, ahora tendrán que afrontar de nuevo: el estrés del tráfico por las largas distancias, cumplir con un horario, mayor gasto por gasolina y alimentación en la escuela, mayor gasto en útiles escolares y de uniformes.

Pero también hay cambios emocionales: la separación de padres e hijos, para la que no todos están preparados, el miedo al contacto que muchos niños están experimentando y por supuesto el miedo al contagio. Para cualquier decisión que tomen madres y padres, la UNICEF dispone de varios recursos para orientar a las familias y a las escuelas en este retorno:

Por aquí les comparto un link:

https://www.unicef.org/mexico/¿cómo-contribuir-un-retorno-saludable-las-escuelas

Foto: Unicef 

Twitter: @Lavargasadri

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