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Encuentro reflexivo
Te veo y me encuentro
Y sí, aquellos días de juegos, llantos, carcajadas, pataletas, aventuras, amigos, lodo, tardes de escondidas y bicicleta, escuela y tareas, brazos de mamá y de papá, dulces, raspones, y las horas que parecían interminables, quedaron atrás, y sin embargo vienen conmigo.
Vivo otras cosas, ahora soy adulto, y luego me encuentro con aventuras por vivir, amigos, charlas y risas, pérdidas y llantos, me encuentro explorando la naturaleza, aprendiendo algo nuevo y creando. Los escenarios cambian y las vivencias se repiten.
Ahora soy mamá, y te encuentro jugando, llorando, amando, me encuentro amándote. Te encuentro explorando, riendo, haciendo berrinche, compartiendo con amigos y tambien me ENCUENTRO A MÍ.
Resulta que me traje todas esas experiencias de la infancia y las vuelvo a vivir. Todo lo bonito, tambien lo que dolió y ahora hija, te tengo a tí frente a mi, viviendo tu infancia y me tengo a mí siendo adulta y tambien siendo niña.
Y entonces frente a la niña que fui me pregunto, nos pregunto ¿qué somos ahora, qué fuimos antes, qué nos ha pasado, cómo hemos vivido? Aquellos días caminábamos junto a mamá y papá, hoy mi niña, esa que fui, me tienes a mí para seguir, nos tenemos porque somos una. Recordando, volviendo a vivir experiencias, amando y sanando, sanando y amando. Y así, con esas memorias sabemos que es el AMOR la memoria más grande, que es el gozo la huella que queda y la satisfacción de los sueños cumplidos y por vivir, nuestro día a día, nuestro presente.
Entonces, volteo a verte hija y te sostengo y cada instante elijo permitirte que SEAS como tú eres, elijo acompañarte y con mis mejores memorias de aquellos años te invito a hacer tus propias memorias, viendo al mundo desde esa ventana que se llama infancia.
Gracias mi niña por visitarme y con los recuerdos ir moldeando la vida. Gracias hija por permitir que la niña que fui fluya entre nosotras y me permita ser la adulta que a tu lado juega, ríe y se sorprende o inventa, pero tambien te sostiene, te protege y guía. Gracias por permitirme compartir y amarte, porque amando se ama y cuando se ama se vive de verdad.
Que cada día de tu infancia sea una huella de amor.