AMOR PROPIO

Por Lorena Fernández, escritora.

¿Conoces ese tipo de amor? Ese que dejamos de darnos porque pensamos que somos demasiado fuertes y podemos con todo, porque creemos que debemos priorizar algunas otras cosas y lo dejamos para después.

¿Porqué decidimos olvidarnos de nuestra humanidad, dejando de lado lo importante que es cuidar de uno mismo?

Darnos el tiempo para revisar nuestra salud, cuidar nuestro cuerpo, cuidar lo que comemos y nuestras horas de sueño. El darte permiso de tomar una taza de té o un buen café mientras contemplas un atardecer, salir a caminar y despejarte mientras te desconectas de tu rutina diaria. Y cuando lo hagas te vas a preguntar ¿porqué no lo había hecho antes?

Suelta lo que no puedes controlar. Cuando empiezas a cuidar de ti, vas a darte cuenta que las cosas en tu entorno comenzarán a fluir.

Porque cuando te sueles rodear de ambientes muy superficiales, olvidas la humildad que se necesita para recuperarte a ti y olvidas recordar que solo eres un ser humano. Cuando pretendes olvidar tu humanidad, la realidad te alcanza y lo refleja en enfermedades, en la soledad, en consecuencias graves que después no querremos afrontar.

Date ese amor propio que le hace falta a tu cuerpo y a tu espíritu, ese que solo tú te puedes dar, pero no lo confundas con ego. El amor propio nace desde lo más profundo de tu ser, no se alimenta de apariencias. Nace cuando te desconectas del exterior para ir a conectar con tu interior.

Comer algo que le haga bien a tu piel, liberar endorfinas, oxigenar el cerebro mientras haces algo diferente mientras te fortaleces, revisar tu salud y darte el gusto de disfrutar el presente, recordando qué es lo que te hizo llegar a donde estás ahora. Volver a conectar contigo, es un proceso difícil pero muy interesante, es un proceso de amor propio.

Porque el mundo de las ideas es infinito, puede agobiarnos a veces y cuando menos acordamos, nos damos cuenta que a pesar de todo, seguimos aquí.

Es cierto eso que dicen: “cuando no sepas a donde ir, entonces vuelve a ti”.

Es el lugar más seguro que vas a encontrar, reconociendo que el amor propio solo se nutre gracias a tu fuerza de voluntad, constantemente, como una planta que riegas todos los días.

Entonces, si el amor propio es volver a uno mismo, también, cuando no sepas a quien amar, ámate, fortalécete y llénate de ti.

Con cariño, Lorena