EL AMOR TODO LO ABARCA

Por Ale Aguilar

-¿Qué es el amor? -Me preguntó-.

-El amor es un sentimiento, -contesté-.  El más puro e inocente y no se mide porque no se ama poquito o mucho, mucho menos a medias. Tampoco tiene distancia o caducidad. El amor verdadero tampoco expone juicios; sólo quien quien ama de verdad se vacía. Se limpia de ideas, de expectativas, de roles y control. Cuando amas te sientes en paz, tranquilo, satisfecho.

El amor es parte de tu SER desde que fuiste creado y para toda la eternidad, no tiene opuestos y TODO LO ABARCA. Es una idea creer que sólo se otorga a quienes tú eliges, a esos quienes crees que son merecedores de tu atención, de tu sonrisa o tus caricias.

El amor está en todos y en todo. En el milagro de la vida o en la enseñanza de un maestro. En un regalo tangible, o una vista al cielo, en cada relación o incluso en un roce; está en cada espacio en que decides aprender aún y cuando la situación que vives te parece dolorosa. El amor se vive y se expresa, incluso por alguien que ya no está. El amor es una decisión que se alimenta.

Y sí, el amor sí te vincula, te relaciona con otros seres y compartirlo resulta toda una experiencia. Pero para darlo, primero tienes que reconocerlo en ti, porque nadie puede dar lo que no tiene. Imagina que una persona viene a pedirte un vaso con agua y tú no la tienes, peor aún, no sabes si la tienes. Podrás caer en la trampa de querer buscar y buscar para tratar de satisfacer la necesidad del otro, o tal vez desear que esa otra persona te brinde lo que crees no tener, pero eres COMPLETO y el otro también lo es. Amarte completo implica saber qué te compone, conocer tus miedos y tus alcances, tu sombra y tu luz y al ser cambiantes  la tarea será irse reconociendo: en cada etapa, en cada momento, conforme se va creciendo.

Amar de verdad implica vivir libre y saber que nadie te pertenece, ni los hijos. Deberás saber que en cada relación cada persona tiene derecho a vivir sus propios temores y gustos y que así como tu respetes ese espacio, esa persona lo deberá de hacer contigo. Y no, el amor nunca acarreará sensaciones de desasosiego, desesperanza, celos o dolor; cuando esto aparece, ahí ya no hay amor.

Es igual con lo que eliges hacer y cuando amas lo que haces enfocas tu esfuerzo. Si conectas tu SER a tu propósito, la actividades que realizas pasan del “DEBER” al “QUERER”, porque sabes que te encaminarán a lograr tus sueños. Podrás sentir el esfuerzo, incluso cansarte, pero lo amarás porque le da sentido a tu vida.

Ámate, ama lo que haces, ama a quienes comparten su vida contigo, ama la vida y toda su creación, y así, viviendo el amor, te das cuenta que si lo DECIDES, el AMOR TODO LO ABARCA.