EL APRENDIZAJE CUANDO DISCUTO CON MI PAREJA

Por Mishelle Jiménez, coach de vida

¿Te ha pasado que en plena discusión con tu pareja hasta el más mínimo sonido de cómo respira te molesta?

Un: ¿ya vas a empezar? ¿Hace que explotes en un instante?

¿Sientes que no te entiende lo que tratas de comunicarle?

¡Es que a veces es así!

 

Te voy a contar un secreto: No es que tu pareja y tú se peleen o discutan nada más porque sí, es que son “nuestras creencias con las creencias del otro” las que “pelean por tener la razón”. En una discusión pierden ambos, pierden el control y sobre todo perdemos el rumbo hacia donde queríamos llegar antes de discutir. Es más creo que a veces no sabes que la disución tiene un objetivo de ser.

Hoy quiero que aprendas a llevar una discusión desde el coaching.

El secreto para aprender dentro de una discusión son los pequeños stop de consciencia, son 2 o 3 preguntas y de ahí tu decides hacia donde quieres llegar en una discusión.

Preguntarte: ¿Qué es lo que realmente quiero obtener en ésta discusión, en ésta pelea? ¿Me va a hacer crecer o sólo me llevará a ese camino que ya me sé, que he recorrido no sé ni cuántas veces, que es repetitivo y cansado?

Pregúntate si es que estás en un estado hormonal y sólo quieres ser escuchada.

Cuando entras desde la curiosidad a una discusión creces, aprendes, escuchas, estás receptiva y estás a punto de llegar a acuerdos.

Nadie nos enseñó a hacer acuerdos, nadie nos dijo que tal vez las parejas entramos a diferentes etapas y sin darnos cuenta ya no nos conocemos, porque claro que cambiamos y claro que se vale hacerlo, pero desde la comunicación asertiva, esa que se hace desde el ser, y no desde el querer que sea.

Es soltar el control y que te dirija tu ser hacia el ser del otro, llévate algo en las discusiones, aprende a conocer y a reconocer al otro, curiosea, pregunta e indaga, eso te llevará a un lugar de aprendizaje y sobre todo te llevará a ese lugar que todos queremos llegar pero casi nadie conoce: un lugar de paz.

Así que la próxima vez que te des cuenta que estás a punto de iniciar una discusón, recuerda: hacerte preguntas como ¿qué y hacia donde quiero llegar con ésta discusión?, curiosea más que hacer vómito verbal, indaga, pregunta y automáticamente entrarás hacia un lugar de receptividad y de paz.