Juicios -al señalar nos señalamos-

Por Ale Aguilar

¿Con qué resuenas? Cada experiencia de nuestra vida que hace eco en nuestra historia está presente para mostrarnos algo de nuestro propio ser.

Observar, aceptar y vivir sin hacer juicios, sin juzgar y sin etiquetar parece una tarea difícil. Somos un compendio de aprendizajes que nos hace creer que lo que nosotros somos, nuestra forma de pensar y lo que hacemos, es la verdad absoluta.

A veces creo que los seres humanos somos poco conscientes al hablar de otra persona. Cuando calificamos al otro no sólo dejamos a un lado sus propias experiencias, olvidamos que es una persona con un contexto distinto al nuestro, que ha vivido situaciones que le son únicas y que sus genes, cuerpo, padres, hormonas y personalidad es diferente a nosotros. Y claro, además perdemos de vista que lo que decimos salió de nuestro interior, de nuestra mente, ideas y sentimientos. Somos nosotros desde adentro los que le brindamos una calificación, por lo tanto un JUICIO siempre hablará de nosotros. Al señalar, nos señalamos… Sin embargo, somos personas y la sociedad nos ha enseñado a pensar que es nuestra forma de ser la correcta en el mundo, por lo tanto lo que es distinto viene a poner a prueba nuestra flexibilidad y caemos en esta corriente en la que nuestra opinión y nuestros valores, nuestra forma de vivir es LA CORRECTA.
Todos caemos, y aunque no hay fórmulas precisas para dejar de hacerlo, si existen caminos para lograrlo. Vacía tu mente ¿podrías hacer el ejercicio un día de tu vida? Cada vez que tu cerebro traiga la etiqueta y quiera formular una historia sobre la persona que está frente ti detente, estás viendo a través de tu ventana, no sabes nada de su vida.
Estamos constantemente calificando, no sólo personas, también situaciones; hacer un juicio nos aleja de nuestro propio camino, pues estamos más pendiente de si las cosas han salido bien o mal o si la actuación del otro es la correcta, no de cómo estamos viviendo nosotros. No tenemos nada que arreglar, nos encontramos con personas que vienen a espejearnos y a mostrarnos algo que si hace ruido, deberemos cambiar EN NOSOTROS, no en el otro. Compartimos situaciones para complementarnos, para aprender y para encargarnos de nuestro ser.
Si callamos a nuestra mente y entendemos que está en nosotros el poder de ser libres al dejar los pensamientos que nos tienen prisioneros, entenderemos que la vida nos coloca con personas que nos vienen a enseñar y nosotros a su vez seremos sus maestros, que vivimos experiencias para victimizarnos o CRECER.

Hoy te invito a observar, aceptar y vivir SIN JUICIOS.