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Encuentro reflexivo
In Crescendo
PLÁCIDO DOMINGO, UN CANTO UNIVERSAL
Prometeo Murillo
“No quiero cantar ni un día menos de lo que pueda, ni un día más de lo que deba”. Plácido Domingo
UN ROCKET-MAN
Plácido Domingo es un prodigio. Un portento de voz que parece, nunca se cansa. Así lo ha demostrado sus sesenta años de carrera artística profesional. Es un cantante de ópera de más allá de la ópera, y que solo se explica entendiendo que ha vivido lo que dos o tres vidas de un cantante promedio.
Es tenor y director de orquesta, es filántropo, promotor y empresario cultural. Que canta ópera, boleros, zarzuela y toda clase de música popular. Que lo mismo se presenta en teatros, plazas y estadios; en eventos públicos de toda naturaleza, hasta mundiales de futbol y Juegos Olímpicos. Que canta en italiano, español, francés, alemán, inglés y ruso. Lo mismo dirige que produce y es, sin dudarlo, uno de los más queridos artistas de los últimos tiempos. Hombre-Cohete que no parece conformarse con este mundo, en el cual ha obtenido todo, todo lo posible para un cantante.
Hablar de Plácido Domingo puede resultar muy sencillo y a la vez muy complejo, decir algo nuevo del él no es fácil; a la vez que en su entorno constantemente se develan noticias, recuerdos, anécdotas y toda clase mitos y leyendas. El máximo exponente vivo con que cuenta la ópera, es un hombre de casi 80 años, con 60 de carrera profesional y una vida entera dedicada al canto.
Nacido en Madrid, España, el 21 de enero de 1941; en el seno de una familia entregada a la música y el canto, Plácido Domingo es un personaje que goza del reconocimiento internacional no solo como cantante, sino también es sumamente respetado como director de orquesta, promotor de las artes y líder e ideólogo: un humanista.
Su trayectoria lo sitúa como un rompe-récords en todas las disciplinas en las que se le ubica. Ha interpretado 139 personajes líricos de la ópera, más que cualquier otro cantante, de cualquier tesitura, en los registros que de la música hay registro. Se ha presentado en todos los grandes teatros de ópera en el mundo y su discografía supera -por mucho- el centenar de álbumes, entre los que figuran grabaciones reconocidas con nueve premios Grammy y tres Grammy Latino. Además de ser considerado el de la trayectoria más duradera.
En 1999 rompió la marca establecida por Enrique Caruso como “el cantante que más veces inaugurará temporada del Metropolitan Opera: 17 ocasiones. A la fecha, Domingo ha tenido semejante distinción en 21 noches inaugurales. La locura. Cuenta con tres películas melodramáticas: La Traviata y Otelo, dirigida por Zeffirelli; y Carmen, dirigida por Francesco Rosi; ha grabado más de 50 videos musicales de distintas corrientes musicales, predominantemente de ópera.
Posee el extraordinario récord de haber recibido “el aplauso más largo registrado en la historia”, la cual aseguran pertenecía a Caruso primero, y a Pavarotti, después, este último con un aplauso de 67 minutos, otorgado luego de un Elixir de Amor, en 1968; y que por más de veinte años mantuvo tal récord, hasta que en 1991, Plácido recibiría la friolera de 80 minutos de aplausos, luego de una interpretación de Otello; en la Opera de Viena, un aplauso al que tuvo que salir 101 veces a agradecer la expresión de admiración y reconocimiento de uno de los más exigentes públicos del mundo. Para consolidar este hecho, tiene también, el haber reunido en un concierto a más de 400,000 personas en el Central Park de New York, en uno de los más lluviosos y recordados días de sus presentaciones al aire libre. Nada raro considerando que, al cumplir 30 años de trayectoria, el alcalde Rudolph Giuliani declaró el Día Oficial de Plácido Domingo en New York… ¿Quién más gozará de esta clase de reconocimiento?
Sus proyectos, presentaciones y su carisma, lo convierten en una suerte de Rey Midas de la Música, que convierte en oro lo que toca y lo lleva al primer escaparate del circuito internacional. Tocar con y para Plácido Domingo, puede convertirse en el pináculo de una carrera musical contemporánea. Alternar con el maestro Domingo es, sin duda, última parada en el ascenso de orquesta, de un coro, de un director, de un cantante. Más que un título universitario, un título universal de calidad.
UN TODOTERRENO
La versatilidad de su voz le ha permitido cantar como barítono y tenor en distintas etapas de su carrera y en consecuencia ser el cantante que mayor variedad de papeles ha representado en la historia de la ópera.
Su fama, aunque ya consolidada a nivel internacional, tomó relevancia total cuando, junto al también español José Carreras y al italiano Luciano Pavarotti, formó parte del concepto Los Tres Tenores, quienes ofrecieron juntos una serie de conciertos en la década de los 90. En su repertorio popularizaron y abrieron el acceso a la ópera, alternándolas con obras de Broadway, canciones napolitanas y éxitos de la música pop.
La amplitud de su repertorio incluye toda la gama operística, de Mozart a Verdi, de Berlioz a Puccini y de Wagner a Ginastera. Más de mil millones de personas en 117 países disfrutaron su transmisión por televisión de Tosca, realizada en escenarios originales de Roma y Rigoletto en Mantova, y en su biografía oficial asegura:
“Si bien no tiene intenciones de adentrarse del todo en el repertorio característico del barítono, en sí ha añadido a su propia selección los papeles protagónicos de Simón Boccanegra y Rigoletto en las obras homónimas de Verdi, de las interpretaciones más fastuosas y exigentes en términos musicales y emotivos para dicha tesitura. Más recientemente, ha incluido también el papel de Athanael en la obra de Massenet Thaïs”.
Como Director Concertante ha dirigido presentaciones operísticas en todos los teatros de gran tradición, desde la Metropolitan Opera House de Nueva York, hasta la Royal Opera House de Londres y la Staatsoper de Viena. Además, se ha presentado como director en conciertos sinfónicos con orquestas del Top 10 mundial, como las Filarmónicas de Berlín, la Filarmónica de Viena, las Sinfónicas de Londres y Chicago, y lo ha hecho siempre aportando el importante valor agregado a la dirección que de un concertante se espera.
En 1996 fue nombrado director artístico de la Ópera Nacional de Washington, radicada en el Kennedy Center, dentro de la capital estadounidense; y en 1998 fue nombrado director artístico de la Ópera de Los Ángeles, de la que se convirtió en director general en 2003, puesto que desempeña hasta la fecha.
En su carrera como promotor destaca la creación del concurso internacional para jóvenes cantantes de ópera Operalia, The World Opera Competition que desde entonces se celebra cada año. Tal escaparate operístico ha servido para lanzar la carrera de varios artistas destacados, y es un referente inesquivo en la carrera de las voces actuales. Así como la dirección musical de la Expo Sevilla ’92, fiesta cultural realizada en España, para la cual convocó a las orquestas y compañías de ópera más importantes del mundo, entre ellas la Metropolitan Opera de NY.
También ha cantado, como parte de su multifacético perfil de intérprete, canciones navideñas, canciones infantiles, especialmente recordadas las de Cri-Crí, música mexicana con mariachi y música latinoamericana y bolero. En 2002 grabó el himno del centenario del Real Madrid CF, su equipo (recordemos que es madrileño); canción que interpretó bajo la lluvia de un Santiago Bernabéu a reventar, el día que el mítico recinto cumplía 100 años.
UN HUMANISTA
Su labor filantrópica tomó relevancia pública luego de su literal aparición entre los escombros de la destrozada Ciudad de México, durante el terremoto del 85; en que, pese al dolor de sus pérdidas personales, no dejó de colaborar como cualquier otro en las labores de rescate.
Ha recibido el grado de Doctor Honoris Causa por más de una docena de universidades entre las que destacan la Royal Northern College of Music (1982), La Philadelphia College of Performing Arts (1982); la Complutense de Madrid (1989); la Academia de Música Fryderyk Chopin de Varsovia (2003) y la Universidad de Salamanca (2015). Entre otras distinciones, posee la Orden del Imperio Británico y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
EL MÁXIMO EXPONENTE DE LA ÓPERA DEL S. XXI LLEGA A TORREÓN
Luego de este compendio, es posible conmensurar -o al menos intentarlo- la importancia de la presentación de Plácido Domingo en Coahuila, en un acto que se antoja como corona de la labor cultural que en este estado se viene desarrollando a lo largo de las últimas décadas.
La presencia del maestro Domingo, estila casi en una visita papal, convocando a un magno escenario público, abierto y gratuito, que permitirá a los coahuilenses vivir la grandiosa experiencia de la música, un hecho que nos conecta a la apreciación universal del canto.
La noche del 4 de abril, acompañado por la Orquesta Filarmónica del Desierto, la máxima figura de la ópera y la música sinfónica a nivel mundial levantará su batuta, su voz y su mirada al magnifico público que se reunirá en Torreón, una significante plaza tanto para este suceso, como para la carrera misma del cantante.
“Plácido Domingo le canta a Torreón” será una experiencia que le sucede quizá solo una vez a las ciudades jóvenes como la perla lagunera, pero que, sin duda, señala el principio de una nueva era en el nivel cultural de Coahuila. Seamos testigos de ello.
Prometeo Murillo es divulgador y promotor cultural; es gerente general en Orquesta Filarmónica del Desierto, Coahuila de Zaragoza. Cursa estudios de Maestría en Promoción y Desarrollo Cultural en la UA de C.
Prometeo Murillo
@prometeomurillo
Prometeo Murillo