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EL DIA DE LA MÚSICA: DE HAYDN A PUCCINI

Por Prometeo Murillo

El pasado jueves 22 de noviembre celebramos el Día de la Música (o de los músicos). Se celebra así, lo sabemos todos, por ser el día patronal de Santa Cecilia, una mártir cristiana a la que se le atribuyen milagrosas resistencias que sufrió contra su fe católica a través de la música.

Como la mayoría de los santos del cristianismo primitivo, su historia está lleva de huecos y contradicciones, así que la fecha se conmemora en lo que se cree su onomástico, con base al hallazgo de la Actas del Martirio de Santa Cecilia. La tradición ya de siglos ha sido adoptada por los países cristianos de Europa y América, por lo que la música occidental la adoptó como canon y referencia.

Cecilia de Roma, la que murió virgen pero torturada; vivía bajo la protección de un ángel. El Papa Gregorio XIII la nombró patrona de los músicos por su espíritu sensible y apasionado. Así, cada veintidós de noviembre tenemos esta fiesta de celebración para los oficios de la música ¿qué importancia tiene en la actualidad y porqué los músicos son parte estimada de nuestra sociedad? Como la gran mayoría de los artistas, los músicos sufren de los estigmas de una sociedad que antepone lo material sobre las virtudes y las artes… ¿estamos conscientes de qué celebramos cuando celebramos la música?

Les presento a continuación la reseña de dos conciertos de la Filarmónica del Desierto en que, se abrió un paréntesis de fechas entre el día de la Música. Ambos sucedieron en Saltillo, pero son conciertos meritorios de ser recordados, pues hablan del nivel que se ha alcanzado en Coahuila y sobre todo, son conciertos portentosos que celebran la música como se debe: haciendo buena música.

JOSEPH HAYND, AVE DEL PARAÍSO
La Orquesta Filarmónica del Desierto, Coahuila de Zaragoza participó de los festejos del vigésimo quinto aniversario de uno de los museos insignia de Coahuila: El Museo de las Aves de México, que festejó su cuarto de siglo con un magistral concierto compuesto por obras de los autores clásicos más pródigos de Viena: La Obertura del Rapto del Serrallo, de W. A. Mozart; y la Sinfonía no. 100 y el Concierto en Re para Violoncello y Orquesta de Joseph Haydn.
Qué mejor que Haydn, padre la sinfonía, para celebrar a este recinto dedicado a los más musicales del reino animal. Y aconteció, el 15 de noviembre, con una obra significativa por la prodigiosa belleza que Haydn brindaba a sus conciertos. Concierto en Re para Violoncello y Orquesta interpretado en su debut como solista en México del Mtro. Aimon Mata, violoncelista venezolano, proveniente de las filas de la Orquesta Sinfónica Simón Bolivar y quien recientemente se integró como cello principal de la OFDC. Sencillamente hizo de la velada una extraordinaria exhibición de virtuosismo en el instrumento.
Aimón Mata deslumbró con su poder interpretativo, apasionante y expresivo, capaz de invocar en la sala un silencio total, atención absoluta, una meditación colectiva… como si se tratara de una sesión espiritista en la de pronto Haydn estaría entre nosotros.
La batuta del Mtro. Natanael Espinoza y los 56 músicos de la OFDC hicieron el resto del conjuro. Existen 106 sinfonías escritas por el compositor clásico Joseph Haydn. La 100, es una suerte de cumbre alta de este repertorio. Escucharla en vivo es una oportunidad a la que uno debe inscribirse de inmediato.
El auditorio del Museo de las Aves, uno de los recintos con la mejor acústica de Saltillo fue el escenario de este momento.

PUCCINI, 100 AÑOS DE IL TRITTICO
Giacomo Puccini, fue un compositor toscano de fines del siglo XIX y principios del XX, considerado entre los más grandes e influyentes compositores de ópera. De su obra, llena dedestacados y luminosos pasajes, puede decirse cientos y cientos de conceptos, pero Puccini fue, ante todo, un músico visionario que reflejó el espíritu del cambio de siglo. La herencia de Puccini nos brindó 12 óperas inmortales, entre las las que destacan La bohème, Mademe Butterfly y Tosca, por mencionar las de mayor impacto.

El 14 de diciembre se cumplirá el primer centenario del estreno de una de sus obras más insignes: El tríptico (Il trittico, G. Puccini, 1918). Como su nombre lo indica, es una trilogía compuesta por Il tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicchi; tres óperas de un solo acto que se estrenaron en el Metropolitan Opera House, de Nueva York (y no en Italia, donde Puccini se encontraba) debido a las implicaciones, riesgos y dificultades por la guerra -la primera guerra mundial, nomás- que Italia sostenía en ese momento.

Cada acto corresponde con las tres partes de la Divina Comedia de Dante: Infierno: Il tabarro, Purgatorio: Suor Angelica y Paraíso: Gianni Schicchi. Una obra maratónica para nuestro tiempo y que Puccini nunca quiso que se representaran por separado. Conmemorar este acontecimiento, es un modo de recordar no solo a Puccini, sino a la mismísima Santa Cecilia de Roma, y con ello, a todos las y los músicos.

La Universidad Autónoma de Coahuila, a través de la Coordinación de Difusión Cultural, en el marco del Primer Festival Universitario de las Artes se hizo al compromiso de montar el tríptico completo, y así sucedió la tarde noche del 23 de noviembre (un día después de Santa Cecilia). Coahuila, una vez más, destaca por su capacidad de realizar sus propias producciones con recursos internos.

IL TRITTICO: PUCCINI EN COAHUILA
Bajo la dirección concertante del Mtro. Alejandro Reyes-Valdés, director y coach vocal coahuilense, egresado de la propia Escuela Superior de Música de la UA de C; pianista concertista y pianista principal de la Filarmónica del Desierto; se presentó en el teatro Fernando Soler el monumental montaje del compositor italiano. Con la participación del coro Vox Amoris, El estudio de ópera de Coahuila AFA, Talento Teatro, y la Orquesta Filarmónica del Desierto, Coahuila de Zaragoza. Destaca haber sido -a saber- la única producción que asumió este reto en la provincia mexicana.

La producción de Flor Magallanes, la dirección escénica del maestro Gabriel Neaves y la participación de los cantantes Tamar Villarreal, Bajo/Barítono, en el doble protagónico de Michele, en Il Tabarro y Gianni Schicchi, en Gianni Schicchi; y quien por cierto es originario de Monclova. La maestra Alejandra López-Fuentes (soprano) como Sour Angelica; ambos se llevaron la noche en sus respectivos papeles. Talentos coahuilenses, recurso in house, del que somos privilegiados por tener.

Enivaldo Correa, tenor (Luigi); Valeria Oregón Ponce, soprano (Giorgietta); Cecilia Ortiz, soprano (Suora Zelatrice, Zita); Valeria Esquivel, mezzosoprano (La ZiaPrincipessa); Jáquez Reyes, tenor (Il Tinca, Rinuccio); Samantha Rodríguez, soprano (Lauretta, La maestra della novizie) quien tuvo su momento, interpretando el O mio babbino caro, el aria más conocida de Gianni Schicchi.

EL DÍA DE MÚSICA
La música no necesita de un día específico para ser celebrada. De hecho, Santa Cecilia no es el único día que se celebra. Fête de la Musique (Fiesta de la Música) es una celebración internacional que se realiza cada 21 de junio a nivel mundial y se caracteriza por la realización de conciertos callejeros gratuitos.
Todos compartimos el espíritu de la música y todos la celebramos, incluso como escuchas de ella. La música es aquella que está más allá de los Grammys o las formulaciones convencionales que establecen cual es la mejor o la peor. Música por igual, celebrémosla.
Fotos: Hyadn, Efraín Payo Salas / Puccini, Jill Douglas y UAdeC