Mentes en Crecimiento

TEMORES INFANTILES

Por: Gaby Aguilar, Psicoterapeuta Gestalt Infantil

Todos los niños manifiestan temores en diferentes etapas de la vida, ya sea por el curso natural del desarrollo psíquico o bien, por situaciones específicas que los detonan o agudizan.
Los temores normales que se van presentando como parte del desarrollo están directamente relacionados con el proceso madurativo de las funciones cognitivas y las emociones. Si un niño presenta un pensamiento fantasioso, sus temores son fantasiosos, si presenta un pensamiento más formal, sus temores estarán más apegados a la realidad.
¿Cuáles son los temores más comunes, y por lo tanto normales en el transcurso del desarrollo?
Alrededor de los 8 meses de edad, los niños manifiestan una angustia ante los extraños, y tiene que ver con la adquisición de la capacidad de reconocer rostros familiares o ajenos a su ambiente.
Alrededor de los dos años se presenta la ansiedad de separación, que tiene que ver con la consolidación de su autonomía corporal (de este punto hasta los 3 años, logrará controlar esfínteres y reforzará su capacidad física de locomoción: caminar, correr, alejarse de mamá)
De los 3 a los 5 años, se presentan miedos más fantasiosos, mágicos, como los monstruos, personajes, fantasmas, etc., esto está íntimamente relacionado con la información que recibe del exterior y el procesamiento de ésta desde su pensamiento mágico y animista…así, un objeto inanimado también puede representar una amenaza.
De los 6 ó 7 años a los 11 aproximadamente, los niños logran superar la etapa de la fantasía y sus miedos se vuelven más reales: daño físico, robo, daño a los padres, muerte, etc.
A partir de la pubertad, los temores se manifiestan en relación a la etapa que se está iniciando: se relacionan con la escuela, la socialización, la aceptación, el cuerpo que está cambiando, etc.
En general, los temores tienen un curso como el anteriormente descrito, pero, ¿qué pasa cuando hay situaciones fuera de lo esperado, alguna crisis, algún evento de vida que moviliza a todo el sistema familiar?
De acuerdo a la etapa de desarrollo, estos temores manifestarán síntomas que en general pueden ir desde lo corporal, cuando son más pequeños, hasta lo conductual. Algunos niños presentan enuresis nocturna, es decir, orinarse en las noches, otros pueden haber superado la etapa de temor a la separación y de pronto volver no quererse separar de mamá, otros niños pueden temer a la enfermedad o la muerte si han vivido una situación de este tipo en la familia. Aunque todos estos temores son lógicos y normales por situaciones específicas (nacimiento de un hermanito, cambio de casa, separación de los padres, enfermedad, duelo), es importante revisar las señales de alerta que nos deben hacer pensar en acudir a un profesional de la salud mental:
-El temor empieza a impedir que el niño haga su vida normal (dormir, acudir a la escuela, comer, jugar)
-El temor está interfiriendo con su salud física (se muestra enfermizo, manifiesta dolor de estómago)
-Moja la cama todos los días, o varias veces al día/noche
-El temor es cada vez más intenso o manifiesta varios a la vez.
-El niño se muestra irritable.

En estos casos, se recomienda pedir ayuda para establecer estrategias de apoyo tanto al niño como a la familia. De ninguna manera debe minimizarse el temor del niño ni regañarlo porque no entiende aunque ya se le ha explicado muchas veces, los niños no manifiestan síntomas conductuales a voluntad, es importante entender que hay un trasfondo y lo que nos toca como padres es apoyarlos y contenerlos emocionalmente.