La imperiosa necesidad de organizar

Por: Ale Aguilar

Algunos tenemos la imperiosa necesidad de organizar. Organizar las salidas, las entradas, nuestras cosas, la ropa que vestiremos, las fotografías que nos llevan a los recuerdos… podría seguir enumerando “organizables”. Para quienes gustamos de esto en nuestra vida, la lista es infitnita, porque TODO entra en la caja de “Puede organizar”.

¿No te pasa que sientes la imperiosa necesidad de estructurarlo todo? Habemos quienes en tono de broma nos autoetiquetamos como Obsesivos compulsivos, cuando ahora sabemos que los rasgos nada tienen que ver con el Trastorno en sí (TOC-Trastorno Obsesivo Compulsivo) y además del cual no hablaré porque no soy experta en el tema. Pero sí que habemos quienes amamos ordenarlo todo. Y si te doy estos ejemplos seguro me comprendes y posiblemente ¡hasta te reflejes! La ropa por colores, o accesorios por grupos, usar la frase “cada cosa tiene un lugar, abrir todos los paquetes por el lugar donde dice abrir… Tal vez sea que creemos que hacer todo dentro de una rutina es mas sencillo y es esa la razón de querer hacer todo dentro de una rutina, o realizar cronogramas para planear proyectos…pfff!

Pero, ¿Te has puesto a pensar porqué tu imperiosa necesidad? ¿No será el deseo de tenerlo todo bajo control?
Esa creencia bien inculcada de que nosotros podemos encargarnos de todo, de que las cosas saldrán como lo estructuramos en nuestra mente.
Justo en estos días he tenido que hacer el ejercicio de “soltar”, porque luego hay situaciones tan sencillas que las dejamos fluir sin tema alguno, pero luego la vida te pone otras que no entran dentro del espacio que puedas tú organizar y ahí sí tal vez hasta duela soltar. Hoy te hablo de todo esto para invitarte a reflexionar, como lo hago yo (pues la neta es algo que sigo aprendiendo), sobre la funcionalidad de vivir de esta manera.}

¿Me sirve? O ¿Me quita la paz? ¿Me ayuda a ser feliz? O ¿Termino peleando con medio mundo porque siento que no hay orden en su vida? O porque las cosas no salieron tal y como lo planeamos. Tal vez nada tiene que ver con la expectativa puesta en alguna persona o situación.

Hoy quiero seguir aprendiendo que no tenemos el control. Que la vida fluye y nosotros, los que nos decimos “organizados” podemos disfrutar como la vida nos ponga los momentos o forzar y renegar porque consideramos a otros (nuestros hermanos) “desorganizados”. Aceptar que son nuestros maestros y nos están enseñando a “tolerar la desorganzación” que tal vez tanto deseamos en la nuestra, y aceptar que de nada, solo de nuestra mente y pensamientos tenemos el control.

¡Bonita semana y a fluir!