LOS JUEGOS EN LA FAMILIA: TIEMPO DE CALIDAD

Por: Gabriela Aguilar

“El juego es la forma que adopta en el niño la improvisación dramática. También es más que eso. A través del juego somete a prueba, su mundo y aprende sobre él, y por tanto, es esencial para su propio desarrollo… Además, le sirve de lenguaje al niño- un simbolismo que sustituye a las palabras…y entonces usa el juego para formular y asimilar lo que experimenta” – Violet Oaklander, (Terapeuta Infantil) autora de Ventanas a nuestros niños.
“El juego es el medio natural de autoexpresión que utiliza el niño” – Virginia M. Axline (Terapeuta Infantil), autora de Terapia de Juego.
Mucho se escucha hablar de la importancia del juego en el desarrollo sano del niño, y es que, efectivamente, responde a un impulso natural de autorregulación y adaptación al medio, es básico para que los pequeños encuentren atractivo su mundo y con ello logren explorarlo, aprender, conocer…crecer.
Pero, ¿qué pasa si nuestros pequeños no encuentran un tiempo en el que puedan compartir esta maravillosa experiencia con los personajes principales de sus vidas, sus padres? Es necesario que los padres tengan esa disposición a compartir los juegos con los hijos, pues mediante ellos se favorece que se aprendan roles, turnos, tolerancia a la frustración, y muchos otros beneficios más.
Pero el beneficio principal es el acercamiento emocional, el reforzarles cuán importantes son para los padres, cómo el núcleo familiar se significa con su presencia y sus juegos. No es necesario dedicarles mucho tiempo (y es que a veces ni siquiera es posible hacerlo), sin embargo, los ratos cortos que se pueda estar en real contacto con ellos son valiosos para la familia entera.
Para brindar este tiempo de calidad, es importante un trabajo personal de cada uno de los padres: plantearse, por ejemplo, ¿por qué decidieron ser padres?, ¿qué tan dispuestos están a brindarles atención, reconocimiento y afecto a los hijos?, ¿qué tan buena tarea se está haciendo como padres de familia?
Es recomendable darle importancia al rol de padres que decidieron llevar a cabo y no dejar de lado la importancia que también tiene ser personas, individuos con necesidades propias que requieren cumplirse. Lo importante es darle equilibrio a las cosas, logrando participar en los juegos de la familia pero también satisfacer las necesidades personales de cada padre. Hay que recordar que los extremos nunca son buenos, y dar importancia a los hijos y a nosotros mismos como individuos de una manera equitativa nos permitirá realizarnos plenamente como personas y como padres de familia. Pero, ¿cómo lograrlo?
Estableciendo acuerdos: decidir las actividades a compartir con los hijos, los tiempos que se pueden dedicar.
Hablando claramente: Expresar las inquietudes y necesidades de manera directa, sana.
Estableciendo límites: Los hijos necesitan aprender que no todo es juego y no siempre el tiempo es para ellos, recordemos que el equilibrio es importante.
Ubicar edades: Los niños pequeños requieren más tiempo de los padres, puesto que conforme van creciendo, van requiriendo mayor autonomía y tiempo para ellos mismos.
Ubicar roles y actividades conforme las edades es crucial para lograr una buena relación familiar.