¿Son nuestras las aspiraciones, o llegan?

Pudiera decir, son una construcción de ambas. De la experiencia que la vida nos ha dado y del reconocimiento de que como seres humanos, estamos aquí para un propósito. Así como una casa fue construida, tiene un propósito, habitarla. Así como una buena taza de té o café fue preparada, tiene un propósito, disfrutarla. Pues nosotros también, la vida nos moldea, nos construye y reconstruye, eso tiene un propósito, ¿cuál es ese propósito para ti?

Para contestar esa pregunta, nos dimos cuenta, Isabel y yo, que necesitamos espacios donde nos detengamos a pensar, a repensar y como diría David Konsevik, a pensar lo no pensado, reconociendo todas nuestras potencialidades.

¿Qué espacios destinas a la semana para descubrir todo lo que hay fuera y dentro de ti? Importante lo de adentro, pero no estamos solos en este preciado mundo, probablemente el mundo te esté gritando en dónde y cómo te necesita, con todas esas cualidades, habilidades y potencialidades que solamente tu tienes.

¿Haz escuchado la frase de María Teresa de Calcuta? “Quién no vive para servir, no sirve para vivir”… Bueno, imagina que hablara de los grandes talentos que tienes: Los talentos que no están al servicio de los demás, no sirven de nada.

¿Observas lo que hemos construido tu y yo en tan sólo unas lineas? Para encontrar nuestro propósito, requerimos de espacios que nos permitan darnos cuenta de que tenemos dentro que le podamos ofrecer al mundo. Recuerda que Viktor Frankl, padre de la psicología existencial, decía que podemos encontrar sentido en el amor, en el trabajo y en el sufrimiento.

Tus sueños, tus metas, tus aspiraciones, son tuyas y por algo son tuyas. Y ante los momentos de reflexión en dónde frases como “me cayó el saco” o “me cayó el 20”, se hagan presentes: sin acciones concretas, no cambia nada. #PóngaseAVivir

Omar Ortega Herrera