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Encuentro reflexivo
ENCUENTRO CON EL NIÑO INTERIOR
Por: Ale Aguilar
Hay fechas que nos ponen más en contacto con recuerdos específicos, el Día del Niño a mí me hace recordar mi Ale chiquita. También me hace pensar en los niños del presente, por supuesto en mis hijas y en cómo viven su infancia; pero también en los niños de la familia, de los amigos y por momentos en los niños que se ecuentran en situaciones que podemos considerar “desafortunadas” -aunque en lo particular creo que inocencia es inocencia y cada persona vive las situaciones perfectas para aprender sus lecciones.
La infancia nos lleva (comunmente) a pensar en la ternura, en la emotividad, en la inocencia. A ser empáticos con la vulnerabilidad o la necesidad de protección. Pero algo que solemos vibrar cuando pensamos en esta etapa, son esas emociones alegres, divertidas y creativas. Cuando estamos cerca de los pequeños podemos a su lado sorprendernos por cosas que siendo adultos consideramos cotidianas y rutinarias. Al observer sus juegos, sus risas, e incluso su llanto, podemos darnos cuenta de la espontaneidad que al crecer dejamos de lado, pero sobre todo podemos contagiarnos de la capacidad que tienen de soprenderse y vivir siempre en el momento presente. Todas esas características de la infancia, nosotros, los adultos, también las llevamos dentro, solo es cuestión de evocar al NIÑO INTERIOR (y sí, todos lo llevamos dentro).
Y cuando pienso en el Niño Interior, (en mi niña interna) me encanta hacer el siguiente ejercicio, que ahora te invito a realizar: Acomódate en un sitio tranquilo, respira unas 3 veces, -para dejar el ruido del mundo a un lado- y piensa en ti de pequeño. Imagínate a tí siendo niño (la edad no importa, o importa porque es la edad del niño que te necesita de adulto), y pregúntale: ¿Cómo estás? ¿Cómo estamos?. Y piensa también ¿Qué le dirías del futuro? ¿Le debes algo?.
Habrá momentos en que ese pequeño tuyo necesite un abrazo en el pasado, necesite ser achipilado, cargado, querido, cuidado, protegido. O tal vez necesite un mensaje de valentía. Pero sobre todo le gustará escuchar que el futuro vale la pena, cuéntale cómo será de grande, qué logrará, y si acaso sientes que todavía te debes algo, piensa en la GRANDIOSA OPORTUNIDAD que el ahora te está dando de sanar ese sentimiento. Hoy es el momento de comenzar a planearlo para que en la siguiente charla contigo mismo de pequeño puedas decirle a ese NIÑO INTERIOR que la vida es maravillosa y que, a pesar de situaciones adversas, aceptando cada circunstancia que la vida nos presente, vale la pena vivir cada instante FELICES.