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NOTAS SOBRE EL CASCANUECES, DE CHAIKOVSKI, EN COAHUILA
Por Prometeo Murillo

LA HISTORIA
Imagínese usted como un ciudadano ruso cualquiera de finales del siglo XIX. Es diciembre, vísperas de Navidad. No hay televisión ni internet, pero existen los grandes teatros y compañías de ballet rusos… es usted, además, contemporáneo de Piotr Ilich Chaikovski, el genio ruso de la música, quien esa noche, estrenará dos obras. Una ópera y un ballet.
El gran Teatro Imperial de San Petersburgo, hoy Teatro Mariinski, anteriormente conocido como el Teatro de Ópera y Ballet Kírov (1935-1992) y como Academia Nacional de Ópera y Ballet (1920-1935), es un recinto histórico, y a éste se podía asistir para ver en vivo las grandes obras de la música europea que, más tarde, marcarán la tendencia del arte a nivel mundial. ¿Pensaría Usted que los siguientes 125 años se establecería una tradición basada en un simple cuento para niños?
Quizá ni el propio Chaikovski lo imaginó. Esa noche del 17 de diciembre de 1892, lo que el compositor ruso deseaba era simplemente que todo saliera bien en un no muy esperanzador esfuerzo por cumplirle el encargo al entonces director de los Teatros Imperiales, Iván Vsévolozhsky. No fue el apoteótico éxito que el de La bella durmiente en 1890, pero El cascanueces, tuvo una recepción cálida por una aristocracia rusa, que se veía humanamente retratada en el cuento. Como una fotografía social y divertida, sin llegar a caricaturizarse.
La historia en la que Chaikovski trabajó fue uno de los cuentos que más adaptaciones ha tenido en la obra de E. T. A. Hoffmann -un popular cuentista y músico prusiano-, autor de El cascanueces y el rey de los ratones, pero más precisamente, en la adaptación que de éste hizo Alexandre Dumas padre, en una gloriosa traducción al francés. Desde ese día a la fecha, es quizá El cascanueces la obra de ballet infantil más representada nivel mundial, en la más amplia variedad de versiones y adaptaciones, y que ofrece las temporadas más extensas y más demandantes de público. Es este mapamundi internacional, Ni México, ni Saltillo están exentos del fenómeno.
El cascanueces es una de las últimas obras del genial compositor ruso. Las razones de su gran popularidad son su extraordinaria música, un portento musical que dirige a la narración y al montaje coreográfico, por lo que ha perdurado en inmaculada precisión. Y la amenidad y sencillez del cuento que narra, mismo que se ha convertido ya en un clásico de la temporada navideña.
Sin duda, es el más famoso ballet de todos los tiempos, si se toma en cuenta que hay quienes lo disfrutaron desde niños, temporada tras temporada, brincando generaciones. Es fácil ser audiencia de niño y luego volver a asistir como padre, a llevar a sus hijos. Es también muy común encontrar toda clase de versiones para películas, televisión, grabaciones de presentaciones por los grandes y no tan grandes ballets del mundo.

UN CLÁSICO DE NAVIDAD… SIN SANTA CLAUS.
El cascanueces sin duda es el gran regalo que la música de conciertos hizo a la niñez humana, un cuento que sin ser extraordinario rompe los cánones de princesas, elfos y santas. Y que pone al centro de su historia los poderes de la imaginación infantil.
Fue quizá por lo anterior que Walt Disney y los productores del filme Fantasía (USA, 1940) eligieron partes del segundo acto para incluirlas este homenaje a la imaginación humana y que está considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
El impacto de la música de El Cascanueces en Fantasía fue tal que catapultó el fenómeno dancístico a los niveles que hasta hoy en día conocemos, generando la gran expectativa del público por las versiones de ballet y brindando un nuevo auge por la obra completa. En el filme se Ilustran diferentes partes de la Suite Cascanueces -es decir, la colección de danzas en versión musical para ser solo escuchadas sin ballet- evocando las cuatro estaciones y que nada tienen que ver con el cuento de Hoffman-Dumas y tampoco con la Navidad: Danse de la fée Dragée, donde los habitantes del bosque colocan los elementos del otoño; Danza china, un simpático champiñón que no logra entrar en su círculo; Danza de los mirlitons, danzas de flores y agua; Danza árabe, un ballet de peces; Danza rusa (Trépak): con cardos cosacos y orquídeas campesinas rusas; Baile de las flores, donde elfos y hojas de otoño bailan hasta el invierno.
El argumento original se desarrolla en la fiesta de Nochebuena en la residencia Stahlbaum; donde el personaje principal, una niña de nombre Clarita, y su hermano reciben toda clase de regalos. En la fiesta irrumpe el misterioso padrino de Clarita, el concejal Drosselmeyer. Quien porta consigo tres sensacionales regalos: un juego de Arlequín y Colombina, y un cascanueces con forma de soldado imperial. Clarita muestra su preferencia por este último y de ahí se desata la trama.
Clarita y Fritz, su hermano, son hijos de una familia burguesa. En su euforia por los regalos forcejean con el soldadito de juguete y lo rompen. Pero Drosselmeyer lo repara con un vendaje que lo hace parecer un soldado herido en la guerra. Al llegar la media noche, Clara no puede esperar y visita los regalos al pie del gran pino navideño; los juguetes toman vida y se desata una batalla entre el ejercito de los soldados imperiales al mando del Cascanueces contra el ejercito del Rey de los ratones.
Su triunfo lo transforma en príncipe y éste la lleva de viaje al País de la Fantasía donde se detienen en el palacio del Hada del Azúcar, ahí conocerá a fantásticos personajes que bailarán para ellos una serie de danzas que representan a cada país y su golosina distintiva, desde España hasta China.


PRODUCIR EL CASACANUECES EN COAHUILA
Desde hace tres años, la Orquesta Filarmónica del Desierto, Coahuila de Zaragoza (OFDC), coproduce una muy breve temporada de presentaciones del ballet El cascanueces con la Escuela de Danza del Estado de Coahuila (EDEC), en un magnífico esfuerzo en el que los alumnos de esta academia pueden vivir la experiencia completa de participar en una producción profesional, alternando con bailarines y músicos profesionales, y bajo una dirección concertante. Confirmando una vez más que lo que sucede en materia de cultura musical en Coahuila es un fenómeno al que debe prestarse atención.
Este 2018, la obra maestra de Chaikovski será llevada a los escenarios por una coproducción entre la EDEC y la OFDC en tres funciones en el teatro de la ciudad. La producción está muy alejada de ser un proyecto amateur. La función es muy agradable, una gran alternativa en la oferta cultural y de espectáculos a las que habitualmente tenemos acceso. El vestuario, la escenografía y utilería son muy convincentes. Más de 80 bailarines en escena entre adultos y niños, 55 músicos, staff tras bambalinas y el trabajo de los padres de familia de la EDEC, se necesitan para realizarlo.
Otra razón por la que El cascanueces resulta memorable es la participación de los niños, alumnos de la Academia de Danza del Estado. El nivel de exigencia al que son entrenados es claramente notorio en el escenario. Ahí dejan el alma. Los más chicos, pequeños que van de los 6 a los 8 años cumplen su participación haciendo un trabajo acentuado en la expresividad infantil, brillante y colorida. Los más grandes, demostrando porqué el estado invierte esfuerzos en el desarrollo dancístico de los coahuilenses, donde ellos ponen en claro que la danza clásica tiene un futuro profesional y en la EDEC, un gran semillero de talentos.
Con el diseño coreográfico del Mtro. Francisco Javier Rodríguez, director de la EDEC, La dirección concertante corre a cargo del Mtro. Juan Tucán Franco, Director Artístico en Orquesta Sinfónica Juvenil de Guadalajara (OSIJUG), que la ha dirigido desde la edición 2016, y quien se ha convertido ya en un gran amigo y huésped habitual de la Filarmónica.
Este año, la producción se engalana recibiendo a los primeros bailarines Greta Elizondo y Roberto Rodríguez, de la Compañía Nacional de Danza del INBA, así como la participación de los bailarines del Ballet de Coahuila.
A la par de esta producción, la OFDC participará por primera vez en un montaje similar, con la Escuela de Danza Municipal de Saltillo a cargo de los maestros Rodolfo Moreno y Maribel Lugo, quienes harán el montaje con sus alumnos y bailarines invitados del Ballet de Monterrey.
Las funciones de la producción EDEC/OFDC serán los días 7, 8 y 9 de diciembre en el teatro de la ciudad Fernando Soler. Y la del Ayuntamiento/OFDC el martes 11 de diciembre. La cooperación para recuperar los costos del montaje es de 100 pesos y pueden encontrarse boletos en la taquilla del teatro.
No pierda la oportunidad de ver, con toda su familia, esta singular obra que, como todas las producciones en Coahuila, siempre aporta además del arte, la música y el baile, mucho corazón.