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Disfruta el viaje, fluye.
Por: Ale Aguilar
A partir de una publicación que me gusta seguir de vez en cuando, reflexiono hoy sobre LA CERTEZA DEL FUTURO.
Esa seguridad que de pronto creemos necesitar sobre los eventos que esperamos sucedan… cómo estará nuestra salud, qué pasará con nuestra pareja, qué resultado dará el examen, o si obtendremos el trabajo, o tantas cosas que podríamos estarnos preguntando sobre lo que viene en nuestras vidas.
Esta semana los quiero invitar a reflexionar, vivir y practicar que “No hay certeza, sólo fluimos”, quienes me conocen saben que este aprendizaje lo he venido practicando hace ya algunos añitos y recuerdo voces que en algunos momentos me han preguntado ¿cómo se vive sin esperar la CERTEZA?, o incluso me han dejado saber su desacuerdo, pues pareciera que FLUIR es vivir sin pasión, sin metas ni objetivos, es más como un “echarnos a dormir en nuestros laureles”.
Pero para mí no es así. FLUIR sólo es aceptar lo que la vida me brinda en cada momento. No por ello dejar de planificar, ni mucho menos dejar de hacer nuestro trabajo o dejar de plantearnos metas a dónde llegar… pero sí vivir disfrutando se cumplan o no los propósitos. Fluir sería como abrir una puerta en nuestra mente y corazón para dejar entrar esas situaciones de las que no tenemos control, sin sufrir que lo planeado no haya salido tal cual lo vimos en la foto de nuestra mente al concebirlo.
Aceptar que una enfermedad se atravesó el día de la fiesta, que el avión no salió porque a la madre naturaleza se le ocurrió que nevara (¡en marzo!, jeje) que el proyecto no salió en la fecha esperada, que la pareja se fue, que los hijos no estudiaron lo que como padres pensamos que era lo mejor, tantas y tantas expectativas que ponemos en nuestra vida, que dejamos de disfrutar lo que sí está ocurriendo. Ni las expectativas, ni querer tener la certeza de un evento futuro es malo, es lo que estamos dejando de disfrutar por estar pensando en ello; es que no FLUYAMOS con la vida por estar buscando la seguridad en lo planeado.
¿Qué de mí he depositado en cada idea que quiero que se cumpla tal cual la soñé? ¿Cuánto de mi persona entrego al control, y cuánto de mi persona entrego a gozar los regalos que la vida me trae aún sin tener la certeza de lo que el futuro me traiga?
Y si nos ponemos a pensar, sólo podemos tener la CERTEZA de estar vivos, en la vida no hay control del afuera, pero sí de nuestro interior, cómo queremos vivir el momento presente depende de nosotros, es una decisión de FLUIR para ENCONTRARNOS en libertad.