AMIGOS

Gracias por la fortuna de tu amistad, porque cada vez que nos encontramos juntos se alimenta mi espíritu.

Gracias amigo por estar en las buenas y en las que consideramos malas, que se convierten en momentos que la vida nos trae para aprender a tomar decisiones, para crecer, para avanzar y para darnos cuenta que en esas también están los amigos.

Hoy agradezco a los amigos encontrados en la infancia. Te agradezco tu corazón de niño y la más inocente de las amistades; esa con la que reímos sin parar, saltamos, corrimos y con la que aprendimos incluso a pelear para luego negociar, reconciliarnos y seguir como si nada hubiera pasado. Gracias porque ese vínculo fortalece nuestro ser.

Gracias al amigo que fuiste en la juventud. Gracias porque con la energía de “querernos comer al mundo” me acompañaste a salir, a aventarme y disfrutar desde otro escenario en un mundo que los adultos tenían organizado, pero que juntos fuimos haciendo nuestro también. Gracias porque juntos ayudamos a quien lo necesitaba, reímos, bailamos, cantamos, amamos, y con las emociones a flor a piel fuimos descubriendo nuestra identidad, que aunque distinta aprendimos a respetar.

Gracias a ti amigo que has estado en cortas etapas de la vida, porque de ellas tambien aprendemos. Llegaste en el momento preciso para compartir y creo también te fuiste en el momento justo, cuando ya habíamos aprendido el uno del otro; hoy te agradezco el momento, te quedas siempre en mi corazón.

A los amigos que permanecen por años, a ti esta navidad te agradezco ser parte de mi vida, agradezco cada encuentro que a lo largo de los años seguimos teniendo. Las charlas, las risas, los llantos e incluso las diferencias, porque respetamos nuestra esencia y aún así nos queremos y acompañamos.

Gracias a ti que eres amigo virtual, porque si es cierto que estar frente a frente enriquece más la relación, hoy bendigo la tecnología que acorta las distancias y puedo disfrutarte también a través de las letras, puedo leerte emocionado, decepcionado, feliz y hasta enojado… Gracias por estar del otro lado de la pantalla.

Amigos: llevo cada ENCUENTRO en mi corazón. Por más pequeños que percibamos que éstos sean, siempre es un placer encontrarme contigo. Gracias por reir, llorar, abrazar, platicar, desahogarte, por ser hombro o pilar que sostiene; gracias por aguantar la frustración y el enojo. Gracias por venir al encuentro para escuchar, gracias por estar, sabes bien que de este lado también me encuentras. Gracias por la reciprocidad, porque sin esta no habría amistad. Aquí estoy para seguir encontrándonos y enriquecer nuestras vidas con lo que el destino dicte vivir.

Gracias porque afianzamos lazos que ahora seguimos tejiendo, porque aunque los escenarios cambien y nuestra vida sea distinta, cuando estamos juntos sentimos que el tiempo no pasa. Tu amistad es uno de los mejores regalos que he podido recibir.

Que Dios bendiga tu vida, bendiga cada encuentro y que esta Navidad la luz de tu corazón encienda más corazones. ¡Felices Fiestas!