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Gracias Héctor y ¡súbele!
Ayer, ante el desconcierto que la noticia de tu partida me dejaba, unas palabras que estructuraban mis sentimientos y recuerdos revoloteaban en mi mente, más mis manos no pudieron escribirlas en esas horas. Hoy mi querido Hec Bec, escribo estas líneas pensando en tu persona.
No tenía ni 18 años, cuando al entrar a GREM, el primer día de iniciar “unas prácticas profesionales”, que no eran las que me pedián en la escuela, sino unas que yo pedí, me recibió, después del Subdirector, un greñudo que me preguntó ¿Eres tú la nueva practicante? Y ante mi afirmación me llevó al departamento de Producción de GREM y sin casi ninguna explicación, me puso de inmediato a realizar labores propias de ese departamento, eras tú, Héctor Becerra Delgado; luego llegaron, por orden de aparición, al menos ese día, Martha y Susy y por supuesto Marce (Lucky), ahí conocí a quienes por mucho tiempo serían mi maestros.
En estos 25 años de conocerte, puedo agradecerte muchas cosas, y la mayoría te las dije en persona. Te agradezco tu confianza, esa que me diste casi desde el principio para usar la voz en producciones de la radio de verdad, producciones para las que por cierto viviste. Te agradezco tu buen humor y sensatez, tu personalidad cero conflictiva y la inteligencia con la que actuaste ante los límites, esos que en el respeto nos colocaron en una verdadera amistad. Agradezco el cariño con el que me llamabas, y ¡todavía hasta este martes pasado! (qué increíble) “mi hermanita” Ale Aguilar y los otros motes con los que siempre te referiste a mí, así, precisamente como una hermanita: “Alita Aguilita” y “Hadita del Bosque”, a pesar de que los años pasaran.
Agradezco tu paciencia, en cada momento en que no daba la inflexión o entonación adecuada, en cada redacción que no salía, en esos momentos de impuntualidad… y recientemente en cada falla técnica que tuvimos en algún ENCUENTRO para que compartieras algo de cine, o rock.
Agradezco tu DAR y COMPARTIR, en tiempo, disposición, enseñanzas, largas charlas, algún detalle para mis hijas o para Manuel, agradezco tus atenciones y tu colaboración en programas de psicología y cine en Alguien Te Escucha o para el blog que se me ocurrió hacer hace unos años y en el que siempre, con buena cara aceptaste regalar textos o conversaciones sobre eso que tanto sabías y disfrutabas, el cine y la música, de esta más el rock, ¡Las voy a extrañar!
Hoy Hec Bec, las palabras no serán suficientes, pero siempre agradeceré a Dios, haber compartido este cachito de vida terrenal, con una persona como tú, a quien pude llamar amigo. Una persona que era radio, que vivía la producción, metódico y perfeccionista. Un músico que amaba la música, un rockero que amaba el cine, pero sobre todo una persona que siempre vivió y otorgó sus dones.
Gracias por todo Hec, te voy a extrañar. Te vamos a extrañar. ¡Súbele!