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La Motivación lleva a la acción…
Una vez que tienes a tus hijos en tus brazos, además de amor infinito, llegan ideas sobre su futuro, y aunque de entrada digas que no las tienes y al final lo vayas dejando hacer su camino, lo cierto es que creo que toda mamá desea (y reza) que el futuro de sus hij@s sea el más próspero en todo sentido, pacífico, feliz y que pueda, además, vivir sus sueños.
Y luego te encuentras en el caos de ser mamá de un bebé que absorbe tu tiempo, un toddler que requiere de tu atención constante, un niñit@ al que le das tu energía y así continúa nuestra vida, entre el ir y venir de nuestro compromiso de acompañarlos y brindarle las herramientas que necesitan para que un día, sin nosotras, sus mamás (y sus papás, los que están presentes) sean el adulto que desean ser.
Seguro tienes esa gran meta hacia ellos, y para eso vamos encontrando por los años instantes que nos motivan a movernos. Cada hijo es distinto, y pasamos por momentos en que tal vez queremos tirar la toalla (de la actividad cotidiana, no de la maternidad). Nos “enganchamos” de manera distinta con cada uno de ellos y eso nos enseña distintas habilidades, nos muestra tambien aquello que no nos gusta de nosotros mismos, bien dicen por ahi “tu hijo, tu espejo” y los aprendizajes se vuelven infinitos cuando deseamos aprender.
Una de las motivaciones, según Mario Alonso Puig, es la del crecimiento. Esa que te saca de la zona de confort y hace que tu cerebro deje a un lado las creencias que te limitan. Es así como un hijo invita siempre a la grandeza que cada persona puede vivir.
Hoy reconozco a cada mamá (y papá) que comprometido con sus hijos hace y deshace para compañarle y apoyarle. A las mamás de los niños que han decidido vivir su grandeza, explorar sus talentos y vivir en un mundo competitivo, esas mamás que se han estirado y han dormido poco, comido a las carreras, esperado por horas, gritado hasta cansarse. Que se han estresado y junto a ellos, han vivido la alegría de verlos trabajar hasta realizar sus sueños.
Los reconozco porque juntos han decidido salir de lo confortable, para explorar la grandeza a la que todo ser humano, puede aspirar.
*Palabras motivadas por la experiencia que Sofía junto a Andrea, me han invitado a vivir en los últimos 7 años en el ballet clásico, algo que no esperaba y no planeamos , pero que Sofy si planeó para nosotros, su familia.
Accionemos pues con esa motivación que los hijos traen a nuestra vida.