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SALUD MENTAL LABORAL
En el marco del día internacional de la salud mental, el diez de octubre, me parece importante reflexionar cómo el trabajo influye en la salud mental de las personas.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo 264 millones de personas padecen depresión, lo que se ha convertido en una de la principales causas de discapacidad. De acuerdo con datos del IMSS, el 75% de los trabajadores padecen estrés laboral, lo que nos ubica por encima de China y Estados Unidos.
En los últimos años hemos visto esfuerzos por parte de las autoridades para tratar de reducir el estrés laboral. En el año 2018 se publicó la Nómina 035 que habla de la prevención de riesgos psicosociales, que entró en vigor en el año 2020, sin embargo llegó la pandemia. En el 2019 se propuso modificar la tabla de enfermedades laborales incluyendo la 162 “Estrés Laboral”, además de incluir en el artículo 132 la obligación de que un médico evaluará a las personas con dichos síntomas utilizando la escala de Estrés Laboral de la Organización Internacional del Trabajo.
Según datos publicados por El Economista, las largas jornadas, la falta de adaptación de los líderes a las nuevas condiciones y la sobrecarga laboral son causas que generan el estrés laboral en las empresas. Lo crítico es que no hay un plan para reducir el estrés que presentan hoy 6 de cada 10 trabajadores. Las personas que trabajan en casa viven largas jornadas de trabajo, falta de comunicación y una sensación de falta de control sobre sus tareas diarias. El 41% de las personas que trabajan en casa se sienten estresados.
Según un estudio elaborado por Adecco y Johnson y Johnson, afirma que para el 2030 la principal causa de incapacidad serán problemas de salud mental y cerca de un 25% de la población mental sufrirán un trastorno de salud mental a lo largo de su vida.
El problema es que las personas que presentan trastornos mentales pierden su empleo, sólo el 16.9% de la gente con algún trastorno tiene trabajo.
Por otro lado, el indice de suicidios presentó un incremento contrario a la tendencia que tenía el país en los últimos años. En el primer año de la pandemia la tasa de suicidios se incrementó casi un 10%, con un total de 7,896.
Las principales causas del estrés laboral son la falta de control sobre el puesto, el exceso de trabajo, el liderazgo inadecuado, las largas jornadas de trabajo, horarios inflexibles, la mala comunicación, la falta de eficiencia de los equipos y el poco equilibrio entre la vida personal y laboral. En relación a la jornada laboral es porque el jefe les hace consultas fuera de horario, el aumento en la carga de trabajo y que no terminan sus labores y se lo llevan a casa. La tecnología nos ha mantenido hiperconectados, generando en nosotros un sentimiento de urgencia por atender el móvil al escuchar un bip o el tono de notificación.
Los trabajadores afirman que el estrés laboral ha afectado su salud mental y física, con síntomas como dolor de cabeza, cansancio prolongado y constante, malestar estomacal, dolores musculares y problemas de piel. En los casos críticos los trabajadores sienten angustia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, falta de concentración y depresión.
El trabajo es también permite a la personas con algún trastorno mental, enfocar sus energías y su atención a las tareas propias del puesto y no a sus preocupaciones, estrés o ansiedad.
Según la doctora Martha Alicia López Jaime, subdirectora del Hospital de Psiquiatría de la Unidad Médico Familiar 10 de la Ciudad de México mencionó que la emergencia sanitaria aumentó los casos de los derechohabientes de trastornos de ansiedad tipo generalizada, es decir la persona esta preocupada todo el tiempo, trastornos de pánico y fobias sociales. Los principales síntomas son irritabilidad, cambios frecuentes de humor, insomnio o por el contrario, sueño intenso y fatiga, trastornos de la conducta alimentaria, entre otros. Estar alerta a estos síntomas permitirá atender oportunamente a la persona.
El otro problema es que las personas que están pasando por una situación cómo está, no buscan empleo.
El problema afecta de manera más intensa a las mujeres que a los hombres, así como a las personas con mayor formación de la población de adulto joven. Por otro lado, el 20% de la fuerza laboral presenta estrés crónico, principalmente las mujeres. Su síntomas: el sentimiento de agotamiento, el distanciamiento mental del trabajo y los sentimientos negativos hacia lo que le toca hacer.
Algunas situaciones han venido a dar tranquilidad a la fuerza laboral: La vacunación, el panorama de reactivación económica y los números del crecimiento en el país generan la sensación de que las cosas mejorarán. Sin embargo el temor de perder el empleo sigue siendo uno de los factores más importantes que mantiene preocupados a los mexicanos. El 67 % de los mexicanos tienen más miedo de perder su empleo que de contagiarse de COVID (49%), ya que tener un empleo les permitirá enfrentar la enfermedad si llegaran a contagiarse.
El contexto de la salud mental en México es un tema relevante que afecta la productividad, las finanzas de las empresas y la salud integral de las personas.
Atender oportunamente los trastornos mentales impactará de manera positiva en la salud de las personas y en la productividad y finanzas de las empresas. En México la gente tarda entre cuatro y veinte años en atenderse. Cómo líderes de un equipo debemos estar atentos a los resultados del equipo y la manera en la que se logran, pero también a cada una de las personas que forman parte de nuestro equipo de trabajo. Enfrentar crisis familiares, como la perdida de un ser querido, enfermedades, divorcios, etc., impactará en la persona y por ende en su productividad. Brindarle el apoyo en esos momentos puede marcar la diferencia y asegurar el compromiso de la persona.