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Modifiquemos nuestro ADN financiero
por Brenda Macías, asesora patrimonial financiera
Todos tenemos un ADN financiero, que determina nuestras decisiones financieras a lo largo de nuestra vida, de la misma forma que nuestro ADN genético nos brinda características particulares, nuestro ADN financiero también nos las da.
Les contaré la historia de para efectos de salvaguardar su identidad nombraré a la protagonista de esta historia María.
En la casa de María nunca se hablaba de dinero, debido a que estaba mal visto, ella creció viendo a sus padres discutiendo por temas relacionados con dinero. Parte de las frases que escuchaba por parte de familiares, era m’ijita Pobres pero honrados, y frases como el dinero es la raíz de todos los males, etc…
Sus padres no ahorraban y gastaban dinero en ocasiones en cosas innecesarias, cuando María obtuvo su primer trabajo, lo primero que hizo fue comprarse un carro, gastar su dinero en ropa, viajes, restaurantes y lo que se le ocurriera.
“Nunca, la verdad, se me ocurrió ahorrar”, me confesó. Años más tarde, después de andar gaste y gaste, le llegó una etapa de vacas flacas y la pasó muy mal. Fue en ese momento cuando decidió que jamás llegaría otro día lluvioso sin que ella pudiera echar mano a un dinero guardado.
“Aprendí dos cosas: que hay que ahorrar algo de cada cheque y a siempre tener comida para el invierno”.María creía que si en su casa hubiera escuchado a sus padres hablar de ahorro, si le hubieran regalado una alcancía o una cuenta de inversiones el hábito lo hubiera traído en su ADN.
La respuesta a la pregunta ¿Si le doy una alcancía a mi hijo y hablo de dinero en casa él será responsable con sus finanzas?, honestamente, no es comprobable. Pero yo propongo que hablemos de dinero en casa para que todos sepamos que hay un mundo financiero en el que vamos, eventualmente, a participar. Ivonne ahora es la tía que habla de dinero y muestra cómo ahorrar a sus sobrinos, por si eso funciona.
Para María, así como para muchos mexicanos el dinero era un medio “para gastar y gastar, y no pensar en el futuro”, cuenta. No fue hasta que pasó un mal rato financiero que se dio cuenta que planear es importante para un balance económico.
Cuando conocemos nuestro ADN financiero podemos ver con claridad nuestra relación emocional con el dinero y entonces buscar la estrategia correcta para tener finanzas sanas. No tenemos que esperar a que nos llegue un mal día.
Lo importante del ADN financiero es que podemos escoger borrarlo, modificarlo y mejorarlo.