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SER MAMÁ ES UNA EXPERIENCIA
Mi hermana me regaló aquel día el libro “Ser madre, ser padre”, y me prestó otro sobre “Vínculo materno”, ella como psicóloga (y además ferviente lectora) quiso darme herramientas para la carrera que recién comenzaba…
Y aunque estoy muy agradecida con ella por involucrarse y quererme ayudar, hoy se que no hay libros, clases, cursos, teorías, o consejos que te digan qué hacer para ser mamá, mucho menos cómo realizarlo; si eres mamá, me entiendes. Todo, todo suma, todo sirve, en casa incluso tomamos un taller de PECES (Padres Eficaces con Entrenamiento Sistemático) que es buenísimo, y que ayuda mucho con sus herramientas, pero insisto, sólo siendo mamá se aprende a ser mamá. Incluso creo que ni eres la misma mamá siempre y que sí bien leer nos ayuda un buen, no es sino hasta que tenemos un bebé que sabemos cómo tratarlo, hasta que un hijo nos hace un berrinche en la calle es que conocemos nuestra reacción, esto de llevar y traer hijos a sus clases es algo que vamos integrando a nuestra vida conforme ellos van creciendo, y supongo que así va siendo en cada etapa.
Además la mamá de un hijo único debe ser distinta a la que tiene dos, o incluso más de tres, o ser mamá de un hijo con capacidades diferentes… Cada hijo es distinto, y llega en diferentes momentos, unos lloran más, otros son más tranquilos. Me podría pasar horas escribiendo todas estas diferencias, pero ya las sabes, recuerdas cómo eras en el nacimiento de uno, y cómo eras al llegar los otros, cómo eras la mamá de un bebé y cómo eres ahora que tienes adolescentes o adultos.
Esto lo traigo a colación después una charla que tuve hace poco con Karla, Yuri y Silka (las mamás standuperas) y que me hizo acordarme de las pláticas que tenemos las amigas cuando hablamos de los hijos. Es maravilloso y nos encanta decirlo, pero también es CAÓTICO. A veces lloramos con ellos, hay momentos de enojo y frustración e incluso culpa, ésta que aparece por tener estos sentimientos; a mí me encanta decirlo así: LAS MAMÁS SOMOS LAS REINAS PERO TAMBIÉN LAS BRUJAS” para nuestros hijos. Ser mamá es experimentar el amor más grande, y siempre, pases lo que pase estaremos ahí para nuestros ellos, sin embargo ser mamá también nos hace tocar estas emociones que en ocasiones no son agradables, esos momentos en que queremos que alguien se lleve un rato a los niños porque necesitamos descansar, o aquellos en que de tanto amor nos duele verlos enfermarse o caerse o que alguien les haga daño.
Ser mamá también nos debería colocar en la empatía y si a nosotros nos invaden todas estas emociones, ¿porqué creemos que a las otras mamás no? Qué nos hace pensar que somos poseedoras de la verdad, que lo que nosotros hacemos con nuestros hijos es LA REGLAS para que todas las familias funciones bien. Hoy te invito a permitirte vivir todas estas emociones, a pedir ayuda si la necesitas, a compartir tus experiencias con las mamás que están al lado, a decirle palabras como “te entiendo” a veces me he sentido así, pero sobre todo a permitir que sean ellas las que vivan su experiencia como ellas quieran y puedan hacerlo. Si amamantan o no, si están casa o salen a trabajar, si gritan o no lo hacen, si presumen a sus hijos o dejan todo para la intimidad del casa… Cada mujer que es mamá tiene sus propias alegrías y su propias sombras.
Ser mamá es una experiencia. Sólo siéndolo lo podemos entender, sólo viviéndolo sabemos el amor tan profundo e incondicional que se llega a sentir por un ser humano, nuestro hijos.
¡FELIZ DÍA, FELIZ VIDA!