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Hoy vibro con mi corazón de mamá
“Yo no le di hijos a este mundo, el mundo me los dio a mi”
Por Ale Aguilar
Este es un día muy especial, el amor hacia una madre es infinito, como el de una madre lo es hacia sus hijos. En estas fechas vibro en sentimiento con todas las mamás, pienso en las que bajo cualquier circunstancia están ahí para brindar, desde su plataforma, todo para sus hijos, en quienes han decidido quedarse en casa para estar al cuidado de ellos, todas las mujeres que no han tenido elección y al salir a trabajar dejan a sus hijos al cuidado de otras mujeres, o de las abuelas, (doblemente madres), me uno a todas las que podemos otorgarnos la oportunidad de salir a desarrollarnos en temas que nos apasionen y nos lleven a crecer profesionalmente, con todo lo que ello implica. Pienso también en las mamás que van solas, que caminan kilómetros para llegar a sus trabajos y de regreso a casa, las que trabajan de noche. Las honro desde estas líneas a todas, pero mis siguientes palabras hoy van dedicadas a las mamás que no engendramos hijos, pero decidimos, con todo el corazón, MATERNAR.
Y retumban en mí las palabras de los doctores diciendo “usted no puede ser mamá”, pero más retumba en mi aquel día que inspirada dije: “si puedo ser mamá, voy a adoptar un hijo”
El camino en palabras se lee fácil, conmovedor y tierno. Pero no es así. Las mujeres (con sus excepciones) crecemos creyendo que seremos madres algún día, del hijo que llevaremos en nuestras entrañas, así que cuando nos vemos ante la posibilidad de que eso no ocurra jamás, vivimos un periodo de apego que nos lleva a luchar y no perder la esperanza, pues además en el colectivo está la idea de que ésta, es la última que muere. Antes incluso de llorar, lo intentamos todo, y hay quienes se quedan en la lucha, pues aceptarlo toca nuestra vulnerabilidad.
Yo creo que cada persona vive lo que tiene que vivir para aprender, pero también creo que es cuando hacemos consciencia de lo que nos mueve o nos paraliza, que podemos tomar una decisión que desenrede la madeja y que siempre tendrá sus consecuencias.
Maternar no sólo es cuestión de costumbre, de “lo que toca” por que ya te casaste, ya estás en edad, no te quedó de otra porque “accidentalmente llegó el bebé” o tu mamá muere de ganas de ser abuela. Maternar va más allá, son esas ganas de cobijar, de sostener, pero sobre todo de acompañar un ser en su propio camino. Sin esperar nada a cambio y quienes hemos decidido ser madres de un ser que no lleva nuestro genes lo sentimos cada día. Esperamos años antes de tenerles en nuestros brazos, sin saber cómo llegaría, qué características tendría y sabiendo que no sacaría nuestros ojos o nuestra nariz, pero les esperamos ilusionadas incluso antes
Mamá es quien alimenta, carga, arrulla, protege, sana, se desvela, lleva, trae, corre, se enoja, ríe, juega, llora, educa, abraza, besa y ama. Por eso cuando una mujer me dice que no puede ser mamá yo siempre le digo “no puedes engendrar, pero sí puedes ser mamá”- es cuestión de elección, de cambiar la percepción y aceptar la vida.
Hoy celebro mi corazón de mamá y junto al mío celebro también el corazón de TODAS las mamás.