NO TE CONOCES SI NO TE MIRAS

Por Ale Aguilar

No te conoces si no te miras y no puedes mirarte completamente si no te conoces; y no nada más al verte en un espejo, -aunque el ejercicio es realmente bueno cuando podemos ser conscientes de qué nos decimos- me refiero a ver tu SER, eso que llevas dentro y mueve el cuerpo que podemos ver reflejado en un cristal.

He aprendido que son nuestras creencias las que determinan nuestra forma de pensar y luego de sentir. Incluso es lo que pensamos que somos, y cómo nos vemos a nosotros mismos, lo que nos guía y determina nuestras decisiones, pero (en lo general) no nos hemos detenido a pensar bien QUIÉN SOY. La constante suele centrarse en saber bien QUÉ HAGO, y por supuesto qué me gusta y hasta lo que me divierte. Pero, ¿contactas con lo que te asusta o lo que te choca (porque te checa)? ¿lo que no soportas no sólo en tí, sino en los demás? Porque el otro se convierte en un reflejo de lo que llevas dentro.

No podría retumbar en nosotros algo que otra persona hace, si no formara parte de nuestra historia. Puedes pensar que no tienes nada que ver con los demás, pero te invito a reflexionar: nada de lo que sucede afuera, haría eco en tí, si no tuvieras un hilo conductor de esas historias dentro. Por eso digo que no puedes verte TOTAL Y COMPLETAMENTE, si no conoces la madeja de hilos que están en tu corazón. Y es que amamos ver los blancos, la luz, nuestras habilidades y virtudes, pero no volteamos a ver nuestras debilidades, las sombras, miedos y resentimientos, aunque formen parte de la misma imagen.

Verme completo implica ACEPTAR, todo lo que soy, con lo que me encanta y lo que me molesta, para saber qué de TODO eso me ayuda a fluir o me puede estar estancando.
Para conocernos habrá que vernos, que mirarnos hacia adentro y hacia afuera. Y para poder vernos en totalidad, tendremos que conocernos y aceptarnos.