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¿PARA QUÉ MIRAR EL PASADO SI YA PASÓ?
Nuestra historia nos ha formado en todos los sentidos, nos ha construido en lo que somos ahora, y a veces lo que hoy somos no es del todo satisfactorio, o no vivimos en plenitud, o seguimos cargando con culpas, rencores, resentimientos, miedos que nos detienen a abrir nuestras alas y volar hacia nuestros sueños.
Mirar nuestra biografía no es sólo el ejercicio de aceptar el pasado tal y cómo ocurrió, con eso no es suficiente para sanar las heridas, nuestro cerebro no entiende de razones, tiene una lógica muy diferente a nuestras creencias, hay una parte muy primitiva que si no nos conocemos sale y domina todo nuestro ser. También hay una parte inconsciente de la mente que no cambia la información nada más aceptando. Me parece prudente reconocer que nos hace falta conocer como funciona nuestro cuerpo físico y también nuestro cuerpo energético, donde moran los pensamientos y las emociones. Pero por más información que tengamos si no la bajamos al cuerpo, si no la sentimos de forma diferente no va a cambiar mucho nuestros conflictos, porque el cerebro tiene la función de que no mueras, y cualquier cosa que le recuerde el dolor del pasado va a activar sus mecanismos de supervivencia para salvarte. El cerebro y la mente inconsciente seguirá “protegiéndonos” y evadiendo ir al fondo para no sufrir, aunque el sufrimiento siga expresándose con síntomas en el cuerpo, con conductas compulsivas, con reacciones primitivas que nos dominan.
Por eso cuando las personas dicen “Si, ya se lo que me pasa, ya sé mi historia, ya sé lo que tengo que hacer pero nada cambia… etc” están engañándose una vez más, porque si lo supieras no existiría ya el conflicto, es más, tu cerebro ya no registra ese conflicto, ni lo detecta, simplemente ya no lo ves.
El acompañamiento de un terapeuta, un grupo de apoyo, un profesional, un mentor, la experiencia de un curso, un diplomado, una clase de crecimiento personal, de relajación… facilita mucho el proceso de sanación, además de hacer cambios en nuestro entorno, en nuestros hábitos, en nuestras rutinas, para generar nuevas memorias que sean más significativas que las anteriores, que actualicen nuestro estado y tomar nuevas referencias para mirar hacia el futuro. Francamente solos no nos da para eso, yo lo intenté mucho tiempo, hasta que pedí ayuda y busqué las herramientas y métodos adecuados para mi que me ayudara a sentir y pensar diferente. Y ese trabajo conmigo no ha terminado, es parte de mi mantenimiento integral para estar en armonía conmigo, con los demás, con mi mundo, disfrutando en plenitud todas las áreas de mi vida.
Siempre está bien sentir lo que siento
Liz Kanno
Especialista en salud y bienestar emocional